Es el estudio de la relación del hombre con su alimentación
y su medio ambiente o entorno. El gastrónomo es el profesional que se encarga
de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía
únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una
mesa. Sin embargo, ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha
disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La
gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la
comida.
Inicios de la Gastronomía:
Antigua Roma:
En la Antigua Roma la cocina evolucionó de la frugalidad de
la época republicana, basada en vegetales, legumbres y cereales, a la riqueza
de la época imperial, donde se importaban numerosos alimentos de países
extranjeros, con gran influencia de la cocina griega. Los romanos practicaron
la avicultura y la piscicultura, así como la elaboración de embutidos, y
perfeccionaron las técnicas relacionadas con el vino y el aceite. Solían cocinar
con especias y hierbas aromáticas, y les gustaba la mezcla de dulce y salado.
También dieron mucha importancia a la presentación de la comida y al ceremonial
del acto de comer, siendo famosos los fastuosos banquetes que organizaban los
ricos y nobles romanos. Igualmente, existieron numerosos tratadistas que
estudiaron el arte de la cocina, como Lúculo y Marco Gavio Apicio, autor del
célebre recetario Apitii Celii de Re Coquinaria libri decem, muy valorado en el
Renacimiento.
Edad Media:
Herederas de la cocina griega y romana fueron la bizantina y
la árabe: de la primera destacó su repostería, así como la elaboración de
quesos y el gusto por los rellenos y la carne picada; la segunda recogió todas
las influencias anteriores, junto las derivadas de Persia y el Oriente,
mientras que España (al-Ándalus) desarrolló nuevos productos agrícolas, como el
arroz, la caña de azúcar, la granada y la berenjena. La cocina árabe influyó en
buena medida en la gastronomía medieval, aunada a la rica tradición
grecorromana. A pesar de las épocas de intensa hambruna, en el Medievo fue muy
valorada la gastronomía, desarrollándose en gran medida la literatura
gastronómica, con tratados como The forme of Cury, escrito por el cocinero de
Ricardo II de Inglaterra; Daz Buch von guter Spise, obra anónima editada en
Alemania; Le Viandier, del francés Guillaume Tirel, apodado Taillevent; y Libre
del Coch, del catalán Robert de Nola.
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